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Su aporte

Domingo, 23 Julio 2017 16:11

Después de 30 años de experiencia como profesora de interpretación en Estados Unidos, Venezuela y ahora España, la aportación que he realizado al Método está estrechamente relacionada con mi trabajo como directora y docente. He agregado aspectos y objetivos nuevos a cada uno de los ejercicios que aprendí de mis maestros. De alguna forma, cada ejercicio se ha convertido en una nueva versión de aquellos ejercicios. He diseñado también ejercicios totalmente novedosos en búsqueda del centro de cada actor. Entre ellos figuran: el ejercicio de confrontación, descripción de personas y lugares; ejercicio de ocupación, ejercicio de la Historia Imaginaria parte 1, 2 y 3 que abarcan una variedad de aspectos que tienen que ver con lo que llamo el “Malabarismo Escénico”, que no es otra cosa que la habilidad que debe tener el actor para manejar diversos objetivos simultáneamente, dando como resultado un incremento notable de su calidad interpretativa.

Otro aspecto de gran importancia es el trabajo de Construcción de Personajes. Esta es una de las áreas más descuidadas o sin tratar en la mayoría de las escuelas. Creo que existe un mal entendido en torno a lo que significa “construcción de personaje” o “caracterización”, en la mayor parte del trabajo que se observa en el cine o en el teatro, los personajes se construyen basándose en un vestuario, o maquillaje, aspectos importantes pero no fundamentales y que son absolutamente externos.

El análisis de la psicología del personaje suele ser anecdótico o suele simplemente ilustrarse, en lugar de fundamentarlo.

Yo suelo trabajar mucho a través de la improvisación y la investigación. Asimismo, el trabajo que tiene que ver con la cultura, acento, problemas o limitaciones físicas o psicológicas, ¿qué acerca del ritmo? ¿forma de caminar o de hablar? Cómo hacer de cada personaje una pieza única, sin jamás violar la regla máxima de organicidad que exige que el actor jamás se separe de su personaje.
Su esencia como ser humano, o como quieran llamarlo: el alma o espíritu del actor debe prevalecer siempre inmersa en su trabajo de actor, de otra forma se termina haciendo un cliché, un estereotipo, un trabajo sin vida y sin interés alguno.